
Síndrome de las piernas inquietas (SPI): Causas, síntomas y diagnóstico
El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno que provoca una fuerte necesidad de moverse. También provoca sensaciones que se describen como arrastrarse, picar, tirar, arrastrarse, tirar, palpitar, arder o roer. El SPI es hereditario y también se asocia a muchas afecciones, enfermedades y medicamentos.
¿Cómo ayuda la fisioterapia con el síndrome de las piernas inquietas?

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?
El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno del sueño que provoca una necesidad intensa, a menudo irresistible, de mover las piernas (e incluso los brazos o el cuerpo). Se produce junto con otras sensaciones en las extremidades que se describen como tirones, reptantes, tirones, palpitaciones, picores, dolores, ardor o arrastramiento.
Estas sensaciones suelen producirse cuando se está tumbado en la cama o cuando se está sentado durante largos periodos de tiempo, como cuando se conduce o se está en el cine. El SPI suele aparecer por la noche, lo que dificulta conciliar el sueño. A menudo, las personas que padecen el SPI quieren caminar y sacudir las piernas (o los brazos) para aliviar las incómodas sensaciones.
¿Quiénes padecen el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?
Las personas de cualquier edad, incluidos los niños, pueden padecer el SPI. Los síntomas del SPI pueden comenzar en la infancia o en la edad adulta, pero la probabilidad de padecer el síndrome aumenta considerablemente con la edad. El SPI es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Hasta el 10 por ciento de la población de Europa padece el SPI.

¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?
Se ha descubierto que el síndrome de las piernas inquietas (SPI) es un síndrome genético en algunos casos, lo que significa que los padres con SPI pueden transmitirlo a sus hijos. Hasta el 92% de los pacientes con SPI tienen un pariente de primer grado con el trastorno. Estos pacientes tienden a desarrollar los síntomas a una edad más temprana (antes de los 45 años) que los que padecen el SPI sin el vínculo genético.
Además del origen genético, muchos problemas médicos están estrechamente relacionados con el desarrollo del SPI, entre ellos
- Niveles bajos de hierro ((635)deficiencia de hierro ).
- Uremia (enfermedad asociada al empeoramiento de la función renal).
- Hipotiroidismo .
- Depresión .
- Fibromialgia .
- Enfermedad de Parkinson .
- Enfermedad renal .
- Diabetes .
- Artritis reumatoide .
- Neuropatía periférica .
- Embarazo.
- Diálisis.
Los medicamentos también pueden contribuir al desarrollo del SPI. Entre los medicamentos conocidos se encuentran los antidepresivos , los medicamentos para la alergia y los medicamentos contra las náuseas. La cafeína, la nicotina y el alcohol también pueden empeorar los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de las piernas inquietas (SPI)?
Los síntomas del síndrome de las piernas inquietas incluyen:
- Molestias en las piernas (o en los brazos): Estas incómodas sensaciones en las extremidades suelen ser descritas por los adultos como rastreros, picores, tirones, rastreros, tirones, palpitaciones, ardor o roces. Estas sensaciones suelen producirse a la hora de acostarse, pero pueden aparecer en otros momentos de inactividad de las extremidades.
- Impulso de mover las piernas (o los brazos):Para aliviar las molestias de las extremidades, tiene un impulso incontrolable de moverlas, especialmente cuando está descansando, como cuando está sentado o acostado.
- Interrupción del sueño:A menudo se necesita más tiempo para conciliar el sueño debido a la necesidad de mover las extremidades para aliviar las molestias. A veces, permanecer dormido también puede ser difícil.
- Problemas de comportamiento a la hora de dormir: Debido a las molestias, es posible que necesite levantarse de la cama para estirar las extremidades y aliviar las molestias.
- Somnolencia diurna:Los problemas para conciliar y mantener el sueño pueden provocar somnolencia diurna.
- Problemas de comportamiento y rendimiento laboral:De nuevo, debido a la interrupción del sueño, pueden surgir problemas en el comportamiento diurno (irritabilidad, mal humor, dificultad para concentrarse, hiperactividad, etc.) y en el rendimiento laboral.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?
Lamentablemente, no existe una prueba específica para el síndrome de las piernas inquietas (SPI). El diagnóstico se realiza en base a sus síntomas. Se puede realizar una historia clínica, un examen físico y neurológico completo y análisis de sangre para descartar cualquier otro posible problema de salud asociado al SPI. Se puede recomendar un estudio del sueño nocturno para evaluar otros trastornos del sueño, especialmente la apnea obstructiva del sueño.
Su médico le preguntará si tiene antecedentes familiares de SPI. También le preguntará si tiene alguna queja sobre el sueño, como insomnio (dificultad para conciliar o mantener el sueño) debido a sus síntomas. Su médico también le preguntará si tiene problemas para mantenerse despierto durante el día y le preguntará sobre otros problemas de comportamiento o de rendimiento laboral.
Para confirmar el diagnóstico de SPI, debe cumplir los cinco criterios siguientes
- Tener un impulso o deseo de mover las piernas (o los brazos), que normalmente se produce junto con sensaciones incómodas como tirones, tirones, arrastre, picor, dolor o ardor.
Además, las ganas de moverse o las sensaciones incómodas
- Comienzan o empeoran durante períodos de descanso o inactividad.
- Se alivian parcial o totalmente con actividades como estirar, caminar o ejercitar los músculos afectados.
- Empeoran o se producen únicamente por la tarde o por la noche.
- No se deben únicamente a otro problema médico o de comportamiento.

¿Cómo se trata el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?
El tratamiento del síndrome de las piernas inquietas depende de la intensidad de los síntomas. Debe considerarse el tratamiento si la calidad de vida se ve afectada por el insomnio y la excesiva somnolencia diurna. En los casos de SPI debidos a trastornos médicos en curso, también es necesario un tratamiento específico.
Tratamientos no farmacológicos. Los tratamientos no farmacológicos se prueban primero, especialmente si los síntomas son leves. Los tratamientos no farmacológicos incluyen:
- Hacer ejercicio con regularidad, como montar en bicicleta o caminar, pero evitando el ejercicio pesado/intenso unas horas antes de acostarse.
- Seguir buenos hábitos de sueño, como evitar leer, ver la televisión o estar con el ordenador o el teléfono mientras se está en la cama; dormir de 7 a 9 horas y seguir otros hábitos de sueño saludables. No dormir lo suficiente puede empeorar los síntomas del SPI.
- Evitar o limitar los productos con cafeína (cafés, tés, refrescos de cola, chocolates y algunos medicamentos [comprobar las etiquetas]), la nicotina y el alcohol.
- Aplicar una almohadilla térmica, una compresa fría o frotar las piernas para proporcionar un alivio temporal a las molestias de las piernas. Considera también la posibilidad de realizar masajes, acupresión, paseos, estiramientos ligeros u otras técnicas de relajación.
- Sumérjase en una bañera caliente.
- Pruebe los suplementos de magnesio. Pueden ser útiles.
- Reduzca el estrés en la medida de lo posible. Pruebe la meditación, el yoga, la música suave u otras opciones.
Suplementos de hierro. La deficiencia de hierro es una causa reversible del SPI. Si los análisis de sangre revelan que tiene niveles bajos de hierro, su médico puede recomendarle que tome un suplemento de hierro.
Medicamentos recetados. Cuando los síntomas del SPI son frecuentes o graves, el médico probablemente le recetará medicamentos para tratar el trastorno. Las opciones de medicación incluyen:
- Los agonistas de la dopamina controlan la necesidad de moverse, los síntomas sensoriales en las piernas y reducen las sacudidas involuntarias de las piernas durante el sueño. El ropinirol el pramipexol y el parche de rotigotina son los agonistas de la dopamina aprobados por la FDA para el SPI.
- Los medicamentos anticonvulsivos pueden ralentizar o bloquear las señales de dolor de los nervios de las piernas. Algunos ejemplos son la gabapentina enacarbil la gabapentina y la pregabalina Estos fármacos son especialmente eficaces en pacientes con SPI doloroso debido a una neuropatía . La gabapentina enacarbil es el único medicamento de esta clase aprobado por la FDA para el SPI. Sin embargo, los demás pueden ser eficaces.
- Las benzodiacepinas, en particular el clonazepam se recetan a veces para el SPI, pero suelen reservarse para los casos más graves debido a su potencial adictivo y a sus efectos secundarios, como la somnolencia diurna.
- Los opiáceos, como la metadona o la oxicodona, pueden utilizarse para aliviar los síntomas del SPI, pero debido al riesgo de adicción, no suelen recetarse a menos que el caso sea grave y otros medicamentos no hayan sido eficaces.
Usted y su médico discutirán el tratamiento que podría ser mejor para usted.
¿Cómo es el tratamiento de fisioterapia para el síndrome de las piernas inquietas?
- La fisioterapia puede ayudar a aliviar el dolor y la incomodidad de las piernas inquietas.
- Los ejercicios de estiramiento y de fortalecimiento pueden ayudar a mejorar la circulación y la flexibilidad de las piernas.
- La fisioterapia también puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, que pueden agravar los síntomas de las piernas inquietas.
- Técnicas de relajación como la respiración profunda y el masaje también pueden ser útiles.