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Síndrome de las piernas inquietas (SPI) en niños y adolescentes

El síndrome de las piernas inquietas (SPI) es un trastorno del sueño en el que las sensaciones incómodas en las piernas crean un impulso incontrolable de moverlas. Esto suele ocurrir a la hora de acostarse, pero puede ocurrir en otros momentos en los que las piernas están inactivas. A menudo se piensa que el SPI en los jóvenes son “dolores de crecimiento,” y no una condición real que deba ser tratada.

¿Cómo ayuda la fisioterapia?

La fisioterapia puede ayudar a mejorar la circulación en las extremidades inferiores, lo que puede ayudar a aliviar el dolor y la hinchazón asociados con el PAES. La fisioterapia también puede proporcionar ejercicios específicos para mejorar la flexibilidad de los músculos y las articulaciones afectadas.
¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno del sueño en el que el niño o el adolescente manifiesta una necesidad incómoda e irresistible de mover las piernas. Este impulso suele producirse a la hora de acostarse, pero puede ocurrir en otros momentos en los que las piernas han estado inactivas, como cuando se está sentado durante un largo periodo de tiempo (por ejemplo, durante largos viajes en coche o mientras se ve una película).

Para aliviar las molestias, el niño o adolescente mueve las piernas, las estira, da vueltas en la cama o se levanta y camina o corre. El alivio experimentado suele ser inmediato.

¿Cuántos niños padecen el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

En Europa, se calcula que aproximadamente 1,5 millones de niños y adolescentes padecen el síndrome de las piernas inquietas (SPI). Alrededor del 35% de los pacientes que dicen tener SPI dicen que empezó antes de los 20 años de edad.

¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

La causa exacta del síndrome de las piernas inquietas varía de un niño a otro. En algunos casos, se desconoce la causa. En otros niños, el SPI puede estar relacionado con un nivel bajo de hierro o, a veces, con la diabetes, el riñón o algunas enfermedades neurológicas. A veces, el SPI es hereditario y se cree que existe un vínculo genético en estos casos. Muchos tipos de medicamentos, incluidos los utilizados para tratar la depresión, las alergias y los trastornos psiquiátricos, pueden causar el SPI como efecto secundario.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

Los síntomas del síndrome de las piernas inquietas incluyen:

  • Molestias en las piernas o "heebie-jeebies": Sensaciones incómodas en las piernas que los adultos describen a menudo como rastreras, de picor, de tirón, de arrastre, de tirón, palpitantes, de ardor o de roer. Se ha descrito la sensación de "cola corriendo por las venas". Los niños pueden describir estas sensaciones como “ganas de moverse, contonearse o patear.” Estas sensaciones suelen producirse a la hora de acostarse, pero pueden aparecer en otros momentos de inactividad de las piernas.
  • Impulso de mover las piernas:Para aliviar las molestias de las piernas, los niños y adolescentes tienen un impulso incontrolable de moverlas, especialmente cuando están en reposo, como cuando están sentados o acostados.
  • Interrupción del sueño:A menudo se necesita más tiempo para conciliar el sueño debido a la necesidad de mover las piernas para aliviar las molestias. A veces, permanecer dormido también puede ser difícil.
  • Problemas de comportamiento a la hora de dormir: Como a los niños les cuesta conciliar el sueño, es posible que no siempre permanezcan en la cama y que a veces necesiten salir de ella para estirar las piernas y aliviar las molestias.
  • Somnolencia diurna:Los problemas para conciliar y mantener el sueño pueden provocar somnolencia diurna.
  • Problemas de comportamiento y rendimiento escolar:De nuevo, debido a la interrupción del sueño, pueden surgir problemas en el rendimiento académico del niño o en su comportamiento diurno (irritabilidad, mal humor, dificultad para concentrarse, hiperactividad, etc).

¿Cómo se diagnostica el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

Los jóvenes que tienen SPI o que muestran los síntomas del SPI suelen ser descartados como si tuvieran " dolores de crecimiento " o se considera que están haciendo un esfuerzo excesivo durante la actividad física. Sin embargo, el SPI es una enfermedad real que requiere una evaluación, un diagnóstico y un tratamiento adecuados.

Lamentablemente, no existe una prueba específica para el síndrome de las piernas inquietas. El diagnóstico se realiza basándose en los síntomas. Se realiza una historia clínica y un examen físico completo para descartar cualquier otro posible problema de salud. Se puede solicitar un análisis de sangre para comprobar los niveles de hierro. Se puede recomendar un estudio del sueño nocturno para evaluar otros trastornos del sueño, especialmente el trastorno del movimiento periódico de las extremidades (un trastorno del movimiento en el que las piernas dan patadas o se mueven durante el sueño, pero el niño no suele ser consciente de los síntomas).

Según la Fundación del Síndrome de las Piernas Inquietas, para que se diagnostique oficialmente el síndrome de las piernas inquietas, deben cumplirse los siguientes criterios en un niño mayor de 12 años

  • El individuo debe tener un impulso casi irresistible de mover las piernas. El impulso suele ir acompañado de las sensaciones incómodas descritas anteriormente.
  • Los síntomas comienzan o empeoran en reposo o inactividad, como al sentarse o acostarse . Cuanto más largo sea el período de descanso, mayor será la probabilidad de que aparezcan los síntomas y más graves serán.
  • Los síntomas se alivian temporalmente cuando se mueven las piernas. El alivio puede ser total o parcial, pero sólo persiste mientras se sigan moviendo las piernas.
  • Los síntomas de las piernas inquietas son peores por la tarde o por la noche que durante el día o sólo se producen por la tarde o por la noche.
  • Los síntomas no se deben a otra condición médica o conductual.

Existen criterios modificados para los niños menores de 12 años en los que el diagnóstico puede ser más incierto. Su médico del sueño podrá discutir esto más a fondo con usted y puede incluso sugerir un estudio del sueño para ayudar con el diagnóstico.

¿Cómo se trata el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

¿Cómo se trata el síndrome de las piernas inquietas (SPI)?

Las opciones de tratamiento para el SPI pueden incluir cualquiera de las siguientes:

  • Haga ejercicio con regularidad:Se pueden probar ejercicios suaves, como caminar o montar en bicicleta. Evite el ejercicio pesado/intenso a pocas horas de acostarse.
  • Adoptar hábitos adecuados a la hora de acostarse:El niño o adolescente sólo debe meterse en la cama y acostarse cuando sea la hora de acostarse. No debe meterse en la cama y pasar el tiempo leyendo, viendo la televisión o jugando a cualquier juego.
  • Diga "No" a la cafeína: La cafeína puede empeorar el SPI, así que evite los productos con cafeína (cafés, tés, colas, chocolates y algunos medicamentos).
  • Utilice ayudas locales para el confort de las piernas: Aplique una almohadilla térmica, una compresa fría o considere la posibilidad de frotar sus piernas para proporcionar un alivio temporal a las molestias de las mismas. Considere también la posibilidad de realizar masajes, acupresión, paseos, estiramientos ligeros u otras técnicas de relajación.
  • Compruebe los niveles de hierro:Haga que su médico compruebe los niveles de hierro de su hijo y, si es necesario, los de ácido fólico. Los niveles bajos de estas sustancias pueden contribuir a los síntomas del síndrome de las piernas inquietas. Su médico puede recomendar suplementos de hierro o folato.
  • Considere las opciones de medicación: El médico de su hijo puede discutir diferentes tipos de medicamentos como opciones. La mayoría de los medicamentos utilizados para tratar el SPI en adultos no han sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos para tratar el SPI en la población pediátrica, ya que no han sido estudiados ampliamente en niños.
  • Elimine los medicamentos innecesarios: Hable con su médico sobre otros medicamentos (tanto de prescripción como de venta libre) y productos herbales que su hijo pueda estar tomando. Pueden estar empeorando el SPI. Algunos de los tipos de productos que debe discutir con su médico incluyen medicamentos para tratar las náuseas, los resfriados, las alergias y la depresión.
  • Realice una revisión de la dieta:Asegúrese de que su hijo lleva una dieta sana y equilibrada. Puede revisar esto con el médico.

Los tratamientos no farmacológicos mencionados anteriormente suelen probarse primero.

¿Cómo es el tratamiento de fisioterapia?

  • La fisioterapia es un tratamiento eficaz para el síndrome de atrapamiento de la arteria poplítea (PAES), ya que mejora la circulación sanguínea y previene la formación de trombos.
  • La fisioterapia también ayuda a aliviar el dolor y la inflamación asociados con el síndrome de atrapamiento de la arteria poplítea.
  • El tratamiento fisioterapéutico típico incluye ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, masajes y ultrasonido.
  • La fisioterapia también puede ayudar a tratar otros síntomas relacionados con el síndrome de atrapamiento de la arteria poplítea, como calambres, entumecimiento y dolor en las piernas.